Cada día la misma historia, pero con distinta fecha. Las mismas putadas pero con distintas excusas. Las ilusiones joden demasiadas vidas, y tú... tú eres demasiado ilusa. La desconfianza te salva a veces. No le crees, pero le sigues el juego con la esperanza de que algun dia éste se gaste y tenga que usarte a ti para limpiar sus daños. Al final acaba pasando el tiempo, con él. Y todas esas veces que no se acordó de ti, son lo único que tú recuerdas. Y sólo queda una cuestión de tantas que te planteaste.
¿Jugáis al mismo juego, o es él el que juega contigo?